En el periodico "EL COMERCIO" del dia 17 de diciembre de 2014, acabo de leer una noticia de la que os voy ha hacer participes tal como esta.
«Muchos enfermos mentales graves malviven en pensiones o ayudados por la
beneficencia». Es el perfil que dibuja la presidenta de la Sociedad Asturiana
de Psiquiatría, Pilar Saiz, de un determinado grupo de pacientes que tras el
cierre del viejo Hospital Psiquiátrico de La Cadellada «quedaron descolgados.
Muchos acabaron en la indigencia y otros en programas como Calor y Café o de
Cáritas».
El debate sobre qué abordaje dar a estos enfermos crónicos, que
sufren trastornos graves como esquizofrenia o bipolaridad, y que tienen serias
dificultades para vivir en familia o compartir piso e, incluso, seguir los
tratamientos, se ha reabierto en Asturias a raíz de la pretensión del
Principado de crear tres mini residencias psiquiátricas en Gijón, Oviedo y
Avilés.
Tal y como adelantó EL COMERCIO, las consejerías de Sanidad y Servicios Sociales
proponen habilitar tres psiquiátricos de 30 plazas cada uno para dar atención
residencial a enfermos mentales graves menores de 50 años. En el ámbito
profesional, algunos ven en esta propuesta una suerte de «rectificación» a la
polémica reforma psiquiátrica que en la década de los noventa, y liderada por
el entonces gobierno socialista, finalizó con la desaparición física y hasta
filosófica del manicomio de La Cadellada.
Este Blog solo pretende servir de apoyo y ayuda a todas aquellas familias, que como la nuestra, tienen que convivir con la esquizofrenia de un ser querido.
Queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento:
Al Dr. J.A. Fernández (Medico de la Unidad de Psiquiatría). Gracias infinitas por buscar el camino que nos trajo de vuelta a nuestra hija, porque como padre supo entender nuestro dolor y ofrecernos su cercanía.
A la Dra. Victoria Carames y a Macu. Porque desde el principio apostaron por nuestra hija y por nuestra familia. Por su cariño, por escucharnos y aceptarnos al punto que nos sentimos parte de un mismo equipo.
miércoles, 17 de diciembre de 2014
«Muchos enfermos mentales malviven en pensiones o de la beneficencia»
martes, 2 de diciembre de 2014
Un robot que "crea fantasmas".
"Cuarto Milenio" en su programa emitido el dia 30 de Noviembre, me ha sorprendido con una noticia que yo no conocia, y que ha encencido en la vida de nuestra familia la luz de la esperanza.
Interesada en saber mas, busque en la revista cientifica SINC y encontre un informe, que explica los resultados de un equipo de investigadores suizo, que ha logrado reproducir ilusiones fantasmales en un laboratorio, creando confusión en las señales que recibe el cerebro.
Su trabajo explica un fenomeno que puede ser muy util en el estudio de la esquizofrenia.
Los fantasmas solo existen en la mente y ahora los científicos saben exactamente dónde encontrarlos.
Un equipo de investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza) ha sido capaz de reproducir la sensación de ‘presencia extraña’ en el laboratorio.
Para el estudio, los investigadores han creado un robot que permite producir esa sensación mediante el envío de señales a destiempo al cerebro. Los resultados de la investigación se han publicado en el último número de la revista Current Biology.
Los investigadores analizaron primero los cerebros de doce pacientes con trastornos neurológicos –en su mayoría epilepsia– que había experimentado este tipo de ‘aparición’.
El análisis de resonancia magnética de los cerebros de los pacientes reveló interferencia con tres regiones corticales: la corteza insular, la corteza parietal-frontal y la corteza temporal-parietal. Estas tres áreas están involucradas en la autoconciencia, el movimiento y el sentido de la posición en el espacio. Juntas contribuyen al procesamiento de señales multisensoriales que son muy importantes para la percepción del propio cuerpo.
Los científicos llevaron a cabo un experimento de disonancia en la que los voluntarios, con los ojos vendados, realizaron movimientos con su mano delante de su cuerpo. Detrás de ellos, un dispositivo robótico reproducía sus movimientos, tocándolos en la parte posterior en tiempo real. El resultado fue una especie de discrepancia espacial, pero debido al movimiento sincronizado del robot, el cerebro de los participantes fue capaz de adaptarse y corregirla.
A continuación, los neurocientíficos introdujeron un retraso temporal entre los movimientos del participante y el tacto del robot. En estas condiciones asíncronas, que distorsionaban la percepción temporal y espacial, los investigadores fueron capaces de recrear la ilusión fantasmal.
Los participantes no tenían conocimiento del propósito del experimento. Tan solo tres minutos después de que comenzara, los investigadores les preguntaron lo que sentían. Varios de ellos dijeron haber notado una presencia de manera clara e incluso contaron hasta cuatro fantasmas. "Para algunos, la sensación resultó tan fuerte que pidieron detener el experimento", ha señalado Giulio Rognini, líder del estudio.
"Nuestro experimento ha logrado reproducir la sensación de una presencia extraña inducida en laboratorio por primera vez".
Esto demuestra que puede producirse en condiciones normales, simplemente a través de las señales sensoriales-motoras en conflicto", ha explicado Blanke.
Según este neurocientífico, el sistema robótico “imita las sensaciones de algunos pacientes con trastornos mentales o de personas sanas en circunstancias extremas. Esto confirma que es causada por una percepción alterada de su propio cuerpo en el cerebro".
EL OBJETIVO DEL ESTUDIO ES COMPRENDER MEJOR ALGUNOS DE LOS SINTOMAS DE LOS PACIENTES QUE SUFREN DE ESQUIZOFRENIA.
Estos enfermos a menudo sufren de alucinaciones o delirios asociados con la presencia de entidades extrañas de las que pueden oír sus voces y sentir sus acciones. Muchos científicos atribuyen estas percepciones a un mal funcionamiento de los circuitos cerebrales que integran la información sensorial en relación con los movimientos de nuestro cuerpo.
“El cerebro posee varias representaciones de nuestro cuerpo en el espacio. En condiciones normales, es capaz de construir una autopercepción unificada del yo a partir de estas representaciones. Pero cuando el sistema funciona mal a causa de una enfermedad –o en este caso por un robot– esto puede a veces crear una segunda representación del propio cuerpo que ya no se percibe como un ‘yo’, sino como ‘otro’.
Interesada en saber mas, busque en la revista cientifica SINC y encontre un informe, que explica los resultados de un equipo de investigadores suizo, que ha logrado reproducir ilusiones fantasmales en un laboratorio, creando confusión en las señales que recibe el cerebro.
Su trabajo explica un fenomeno que puede ser muy util en el estudio de la esquizofrenia.
Los fantasmas solo existen en la mente y ahora los científicos saben exactamente dónde encontrarlos.
Un equipo de investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza) ha sido capaz de reproducir la sensación de ‘presencia extraña’ en el laboratorio.
Para el estudio, los investigadores han creado un robot que permite producir esa sensación mediante el envío de señales a destiempo al cerebro. Los resultados de la investigación se han publicado en el último número de la revista Current Biology.
Los investigadores analizaron primero los cerebros de doce pacientes con trastornos neurológicos –en su mayoría epilepsia– que había experimentado este tipo de ‘aparición’.
El análisis de resonancia magnética de los cerebros de los pacientes reveló interferencia con tres regiones corticales: la corteza insular, la corteza parietal-frontal y la corteza temporal-parietal. Estas tres áreas están involucradas en la autoconciencia, el movimiento y el sentido de la posición en el espacio. Juntas contribuyen al procesamiento de señales multisensoriales que son muy importantes para la percepción del propio cuerpo.
Los científicos llevaron a cabo un experimento de disonancia en la que los voluntarios, con los ojos vendados, realizaron movimientos con su mano delante de su cuerpo. Detrás de ellos, un dispositivo robótico reproducía sus movimientos, tocándolos en la parte posterior en tiempo real. El resultado fue una especie de discrepancia espacial, pero debido al movimiento sincronizado del robot, el cerebro de los participantes fue capaz de adaptarse y corregirla.
A continuación, los neurocientíficos introdujeron un retraso temporal entre los movimientos del participante y el tacto del robot. En estas condiciones asíncronas, que distorsionaban la percepción temporal y espacial, los investigadores fueron capaces de recrear la ilusión fantasmal.
Los participantes no tenían conocimiento del propósito del experimento. Tan solo tres minutos después de que comenzara, los investigadores les preguntaron lo que sentían. Varios de ellos dijeron haber notado una presencia de manera clara e incluso contaron hasta cuatro fantasmas. "Para algunos, la sensación resultó tan fuerte que pidieron detener el experimento", ha señalado Giulio Rognini, líder del estudio.
"Nuestro experimento ha logrado reproducir la sensación de una presencia extraña inducida en laboratorio por primera vez".
Esto demuestra que puede producirse en condiciones normales, simplemente a través de las señales sensoriales-motoras en conflicto", ha explicado Blanke.
Según este neurocientífico, el sistema robótico “imita las sensaciones de algunos pacientes con trastornos mentales o de personas sanas en circunstancias extremas. Esto confirma que es causada por una percepción alterada de su propio cuerpo en el cerebro".
EL OBJETIVO DEL ESTUDIO ES COMPRENDER MEJOR ALGUNOS DE LOS SINTOMAS DE LOS PACIENTES QUE SUFREN DE ESQUIZOFRENIA.
Estos enfermos a menudo sufren de alucinaciones o delirios asociados con la presencia de entidades extrañas de las que pueden oír sus voces y sentir sus acciones. Muchos científicos atribuyen estas percepciones a un mal funcionamiento de los circuitos cerebrales que integran la información sensorial en relación con los movimientos de nuestro cuerpo.
“El cerebro posee varias representaciones de nuestro cuerpo en el espacio. En condiciones normales, es capaz de construir una autopercepción unificada del yo a partir de estas representaciones. Pero cuando el sistema funciona mal a causa de una enfermedad –o en este caso por un robot– esto puede a veces crear una segunda representación del propio cuerpo que ya no se percibe como un ‘yo’, sino como ‘otro’.
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